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Funds People | Perspectivas de la renta fija High Yield: visibilidad y rentabilidad en horizontes definidos

TRIBUNA de Olivier Becker, responsable de Renta Fija, Amiral Gestion. Comentario patrocinado por Amiral Gestion.

En un entorno global marcado por la incertidumbre, donde los ciclos económicos parecen acortarse, la renta fija europea, y en particular su segmento High Yield, está emergiendo como uno de los segmentos más atractivos para los inversores. Tras años en los que la renta variable concentraba buena parte de la atención, el nuevo entorno de tipos altos, inflación controlada y balances empresariales más sólidos ha devuelto el protagonismo al crédito corporativo. Hoy, Europa ofrece un marco macroeconómico más equilibrado que otras regiones, con rentabilidades históricamente elevadas y un mercado primario dinámico que abre la puerta a oportunidades que no deberían pasarse por alto.

El contraste con Estados Unidos es revelador. La primera economía mundial mantiene un crecimiento sólido, pero convive con el fantasma de la estanflación: inflación por encima del objetivo de la Reserva Federal, difícil de controlar o reducir y un déficit público en expansión que presiona a la baja los tipos de corto plazo, pero introduce gran volatilidad en los tramos largos. Europa, por su parte, se beneficia de una inflación contenida, una expectativa de aceleración del crecimiento a partir de 2026 y un desempleo en mínimos. Esta solidez se apoya en motores internos como el plan de estímulo alemán, que rompe con la ortodoxia de los últimos años y que, junto con el empuje de países como España, refuerza la confianza en el crédito corporativo europeo.

En este contexto, los tipos europeos han repuntado con fuerza durante el verano:

La fortaleza española merece una mención especial, ya que se ha convertido en el alumno aventajado de la eurozona, con un crecimiento del 2,6 % en 2025 frente al 0,7 % del conjunto de la región. Su sector turístico aporta ya el 16 % del PIB, el déficit se ha reducido al 2,8 % y las exportaciones se consolidan en sectores como la automoción y el sector farmacéutico. Esta diversificación, unida a la presencia activa de fondos de private equity, que canalizan capital hacia recapitalizaciones, LBOs y carve-outs, genera un flujo constante de operaciones en el mercado de High Yield, con un muro de vencimientos bien distribuido hasta 2029 que abre oportunidades de refinanciación atractivas.

El cambio en la gestión empresarial en Europa es otro de los factores diferenciales. El encarecimiento del capital ha llevado a muchas compañías a priorizar el desapalancamiento y la generación de liquidez. Esto se traduce en un universo High Yield de mayor calidad: el 70% de los emisores europeos cuentan hoy con calificación BB, frente al predominio de ratings más bajos hace quince años. La consecuencia es clara: las tasas de impago se mantienen contenidas y, según nuestros modelos de previsión, seguirán en niveles moderados en el corto plazo. Además, los vencimientos de deuda se han desplazado cuatro o cinco años hacia delante, lo que limita las necesidades de refinanciación inmediata. Todo ello se combina con un mercado primario eficiente, que ha sabido funcionar incluso en contextos adversos, asegurando una oferta constante de emisiones para los inversores.

El atractivo del High Yield europeo no se explica solo por sus fundamentales, sino también por factores técnicos que refuerzan su posicionamiento. La creciente desconfianza hacia los desequilibrios de Estados Unidos ha desatado flujos hacia Europa, amplificando la dinámica favorable de los activos europeos. Dentro del Viejo Continente, el crédito corporativo ofrece una alternativa más estable que la deuda soberana, cuya volatilidad es dos veces superior a la de los bonos corporativos

Pese a que los spreads se encuentran cerca de sus mínimos históricos, las rentabilidades siguen siendo elevadas gracias a la componente de tipos, lo que convierte al carry en la principal fuente de rentabilidad de los próximos meses. El mercado primario, por su parte, encadena un segundo año de fuerte volumen de emisiones, en su mayoría orientadas a refinanciación, lo que genera oportunidades constantes de inversión.

Un elemento adicional que refuerza el atractivo de la renta fija europea es el diferencial de rentabilidad frente a Estados Unidos una vez cubierta la divisa. Tradicionalmente, los inversores europeos que accedían al mercado en dólares veían diluida parte de la rentabilidad al asumir el coste de la cobertura cambiaria. Hoy, sin embargo, la situación se ha invertido: el rendimiento en euros resulta más favorable que en dólares una vez cubierta la divisa, lo que convierte al crédito High Yield europeo en una alternativa no solo más estable en términos macroeconómicos, sino también más eficiente desde un punto de vista financiero para el inversor europeo.

Este panorama se completa con una curva de tipos en proceso de normalización, que aún ofrece margen de recorrido: el diferencial del Bono alemán a 10 años vs 2 años actual es de 71 puntos básicos lo que se sitúa por debajo de su media histórica de largo plazo, de 77. A su vez, la compresión de los spreads periféricos responde a la mejora de las cuentas públicas en países como España e Italia, que muestran disciplina presupuestaria y reducen la prima de riesgo. Todo ello se traduce en un escenario de baja probabilidad de recesión, inicio de ciclo de bajadas de tipos en Estados Unidos, valoraciones ajustadas, pero con fundamentos sólidos y un apetito inversor muy fuerte por la clase de activo crédito.

Ante este conjunto de factores, ¿cómo capturar estas oportunidades de manera eficiente, bajo un riesgo controlado y maximizando la visibilidad sobre la rentabilidad futura? La respuesta pasa por estrategias diseñadas para este entorno, capaces de combinar carry, diversificación y un horizonte temporal claro. Entre ellas, Sextant Regatta 2031 un fondo centrado en crédito High Yield europeo, con vencimiento en 2031, que ofrece a los inversores un marco claro para beneficiarse de la actual coyuntura. Su cartera está compuesta por más de 100 emisores, con una calificación media de B+. La duración, de apenas 2,38 años, permite mitigar riesgos de tipo de interés y mantener flexibilidad.

Más allá de las cifras, lo relevante es el enfoque de gestión. El fondo se basa en un análisis bottom-up, seleccionando emisiones una a una en función de su calidad crediticia y de su rendimiento. Esta aproximación, junto con una gestión activa del riesgo de crédito, permite capturar oportunidades en sectores defensivos como telecomunicaciones, consumo, turismo, sanidad o renovables, todos ellos con fuerte presencia en el universo High Yield europeo. Se trata de un planteamiento pragmático y disciplinado que encaja con un entorno donde los inversores demandan visibilidad y estabilidad, pero sin renunciar a la rentabilidad.

El High Yield europeo atraviesa un momento singularmente favorable. La combinación de fundamentos sólidos, riesgo de impagos contenido, fuerte demanda, rentabilidades atractivas y un mercado primario dinámico ofrece una oportunidad que no se había visto en años. Un fondo a vencimiento high yield como Sextant Regatta 2031 ofrece un perfil de rentabilidad-riesgo eficiente. Su horizonte definido en 2031 mitiga el riesgo de reinversión en fases de recorte de tipos, mientras que la diversificación por más de 100 emisores y una calificación media de B+ limitan la exposición a riesgos idiosincráticos. De este modo, la estrategia permite cristalizar un rendimiento elevado (5,40% a vencimiento de la parte invertida) con un buen nivel de visibilidad sobre el rendimiento esperado a vencimiento.

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